26 de marzo, Miércoles de la III semana de Cuaresma
En estos tiempos nuevos donde las normas parecen negociables y lo efímero gana terreno, crece la tentación de relativizar todo. Se valora más la espontaneidad que el compromiso, y se pierde el sentido profundo de las raíces; necesitamos establecer fundamentos para la convivencia.
Jesús no vino a borrar el pasado, sino a llevarlo a su plenitud. Él no anula la Ley, la habita con su amor y la transforma desde dentro. La fidelidad, lejos de ser rigidez, es camino de recreación desde el fundamento primero.
Frente a lo superficial y pasajero necesitamos vivir con hondura. Necesitamos de modos de vida que arraiguen y den un marco de referencia a nuestras vidas para uqe no andemos como pollos sin cabeza. Feliz miércoles.
