3 de septiembre , miércoles de la XXII semana del tiempo ordinario.San Gregorio Magno

Vivimos en un mundo herido: guerras que no cesan, soledades que se multiplican, cuerpos y corazones agotados por un ritmo que no perdona. Las noticias diarias nos recuerdan cuánto sufrimiento sigue latiendo alrededor. Y dentro de todo eso, sentimos también nuestra propia fragilidad.

El Evangelio nos presenta a Jesús que sana la fiebre de la suegra de Simón y atiende a tantos enfermos que buscan alivio. Con gestos sencillos devuelve dignidad, libera de aquello que oprime y anuncia que la vida puede renacer. Su compasión no se encierra: se abre siempre a más.

Acojamos la herida del mundo sin miedo, sabiendo que juntos podemos acompañarla. Acerquémonos unos a otros como quienes cuidan y levantan. Hagamos de este día una oportunidad para ser parte de la sanación que tanto necesitamos.

Esta entrada fue publicada en Publicaciones del blog. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.