9 de septiembre, martes de la XXIII semana del tiempo ordinario. San Pedro Claver y Nuestra Señora de Aránzazu
En un mundo que aún arrastra heridas de exclusión y desigualdad, recordamos a quienes se colocan al lado de los más olvidados. San Pedro Claver nos recuerda que la verdadera grandeza no está en dominar, sino en servir, incluso cuando eso implique cargar con la vida de otros.
El Evangelio narra a Jesús que, tras una noche de oración, elige a doce apóstoles y desciende a encontrarse con una multitud herida. De él brotaba una fuerza que sanaba, y todos buscaban tocarle para recobrar vida. La compasión no se quedó en palabras y se volvió cercanía y cuidado.
Tratemos de abrir los ojos a quienes esperan consuelo y dignidad. Atrevámonos a hacernos prójimos, incluso cuando resulte incómodo. Hagamos de este día una ocasión para vivir la fuerza que libera y la ternura que sana. Feliz martes.
