13 de octubre, lunes de la XXVIII semana del tiempo ordinario
Vivimos rodeados de señales que pasan inadvertidas. Las pantallas, las prisas y las urgencias nos llenan los ojos, pero vacían la mirada. A veces los signos más importantes se confunden con el ruido y se nos escapan sin dejar huella.
Jesús lamenta que su generación no reconozca los signos que tiene delante. No hacen falta milagros nuevos, sino una mirada nueva. En Él se hace visible la ternura y la sabiduría de Dios, pero muchos no lo ven porque esperan algo distinto, más espectacular.
Quizá sea tiempo de reaprender a mirar. Que sepamos leer los signos pequeños que nos hablan de vida en medio de lo cotidiano. Intentemos estar atentos, con los ojos abiertos a lo que se nos ofrece y casi nunca reconocemos. Feliz lunes.
