29 de noviembre, sábado de la XXXIV semana del tiempo ordinario
En estos días en que la incertidumbre vuelve a ocupar titulares y vivimos pendientes de notificaciones que nos agotan, crece el deseo de recuperar equilibrio. Muchos sienten que la velocidad de todo se nos impone sin pedir permiso; incluso hay veces que hasta una pequeña noticia nos desestabiliza de lo que creíamos seguro.
El Evangelio invita a no dejar que el corazón se adormezca con distracciones que nos desenfocan. Propone una actitud vigilante que mantenga vivo lo esencial y nos anima a permanecer despiertos para sostenernos en pie cuando llegan tiempos recios.
En el ajetreo habitual podríamos dirigir la atención a lo que realmente importa. Busquemos espacios para recobrar perspectiva y caminar con lucidez en medio del aturdimiento. Ponte en pie frente a toda tentación de pararnos. Feliz sábado.
