3 de febrero , Sábado IV Semana Tiempo Ordinario.
En cada día demasiada gente está viviendo en la prisa metida y con un cansancio que nunca desaparece. Somos sujetos de autorrendimiento en el que hasta el descanso va en relación a que trabajemos mejor.
En este pasaje del Evangelio se destaca la compasión de Jesús hacia la multitud que lo seguía, a pesar de su necesidad de descanso. La solicitud de Jesús a sus discípulos de retirarse a un lugar tranquilo para descansar refleja la importancia del cuidado personal y el descanso, incluso en medio de las responsabilidades y las demandas del servicio.
Esta actitud equilibrada de Jesús nos puede recordar que el descanso y la renovación son fundamentales para poder atender de manera efectiva y con calidad a los demás, mostrando así el cuidado integral del ser humano, tanto en lo espiritual como en lo físico.