20 de marzo, Jueves de la II semana de Cuaresma
Vivimos en un mundo de contrastes, donde el lujo y la miseria coexisten a escasos metros que se convierten en distancias abisales. Mientras algunos disfrutan de comodidades y excesos, otros luchan por sobrevivir con lo mínimo en las calles. La indiferencia se convierte en otro muro de la desigualdad.
La parábola de Jesús nos interpela con crudeza: el verdadero abismo no es el que separa el cielo del infierno, sino el que creamos cuando ignoramos al prójimo. La riqueza sin compasión nos encierra en nosotros mismos, cegándonos ante el sufrimiento ajeno.
Hoy podríamos lucahr contra la frialdad de la indiferencia, que como gota malaya nos acostumbra a lo injusto. Se trata de despertarnos del letargo en el que solemos estar para que las diferencias abismales se conviertan en distancias humanas. Feliz jueves.
