21 de marzo, Viernes de la II semana de Cuaresma
Vivimos tiempos en que la sociedad no reconoce a las personas generosas. A menudo, lo que recibimos como reglao lo tratamos ya como propiedad adquirida y así funcionamos defendiendo la propiedad en lugar de ponerlo al servicio de los demás.
La parábola de Jesús nos recuerda que todo lo que somos y tenemos es un regalo, no un logro personal o conquista. Dios confía en nosotros como labradores de su viña, esperando frutos de justicia, cuidado y amor. El asunto es que ignoramos al Hijo y así rechazamos la piedra angular sobre la que se sostiene la vida del cristiano.
Hoy podríamos reconocer que toda neustra vida es un gran regalo que se nos ha dado. Así podríamos preguntarnso a qué nos aferramos como el tesoro de golum. Podríamos agradecer a la gente que nos quiere, al Dios que nos regala la vida tanto bien recibido. Feliz viernes.
