22 de marzo, Sábado de la II semana de Cuaresma
En un mundo donde el error se paga con cancelaciones y los juicios se dictan a golpe de clic, el perdón parece escaso. Vivimos tiempos en que es más fácil señalar que comprender. Pero también son muchos los que necesitan segundas oportunidades para que la vida siga adelante.
La parábola de Jesús no solo habla de un hijo perdido, sino de un padre que nunca deja de esperar y de amar. El centro del mensaje no está en el fallo, sino en el abrazo que le padre da al hijo pequeño. Dios no se cansa de salir al encuentro, incluso cuando aún estamos lejos.
Hace un tiempo estuvbo la moda de abrazos gratis. Hoy podríamos recuperar el estilo de abrazar y mostrar cercanía de quienes nos vivimos más lejos. Se trata de achicar distancias en lugar de acrecentarlas. Feliz sábado.
