Lecturas 22 de mayo, Viernes 6º Semana de Pascua
¿A quién no le restringirías el acceso? En estos días de desescalada y progresivo desconfinamiento, los templos deben restringir su aforo ordinario al tercio o a la mitad. ¿A quién no dejarías fuera? Cada cual concibe cómo hacer; quizá anunciando por teléfono el deseo de asistir, quizá distribuyendo entre la semana a quienes decidan acudir, o sugiriendo que nos presentemos con antelación para negociar los espacios disponibles para la asamblea. Sea cual sea el modo, siento que quienes no deberían quedar fuera son aquellos más necesitados, a quienes urge sentirse escuchados por Dios estos días: los tristes y apurados, los afligidos y angustiados, los que ahora experimentan congoja y tribulación.
El evangelio proclama: “También vosotros ahora sentís tristeza”. La tristeza por no haberse despedido de las personas queridas, la ansiedad por haber perdido el trabajo, o por haber tenido que cerrar el negocio en esta pandemia; la inseguridad o la incertidumbre porque no alcanzamos a imaginar de dónde vendrá la ayuda tan necesaria.
Con lucidez, suavemente, el evangelio y las oraciones de hoy reorientan nuestras expectativas. No se olvidan de aquella pérdida, esa ansiedad o esta incertidumbre. Prometen, sin embargo, una alegría posible: “se alegrará vuestro corazón”. Quieren consolarnos abriendo un horizonte, aunque este carezca de contornos bien definidos.
“También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón”. Porque de hecho sentimientos encontrados nos confunden, el evangelio contrapone la alegría a la tristeza. Como a mujer a punto de dar a luz –dice- como a madre en boda del hijo, podríamos añadir nosotros.
Ayer fue Jueves de la Ascensión, hoy es viernes… “No se ha ido para desentenderse de nuestra pobreza” el sacerdote reza en esta misa. Hoy vivimos en la transición entre dos modos de la presencia de Dios con nosotros. Transcurrimos por una espera entre el recuerdo de Jesús y la llegada de su Espíritu. Ayer fue Jueves de la Ascensión, hoy es viernes… llegará el domingo y más tarde Pentecostés. Nos precede el primero para que vivamos con la esperanza de seguirlo en su Reino.