27 de noviembre, jueves de la XXXIV semana del tiempo ordinario
En estos días aumenta la sensación de incertidumbre ante tantos cambios que se encadenan y desbordan. Muchas personas expresan angustia y cansancio mientras buscan un poco de claridad en medio del ruido. La perplejidad colectiva es un termómetro de cómo convivimos con un horizonte inestable.
El relato evangélico presenta un tiempo lleno de miedo y ansiedad que sacude a quienes lo viven. En medio de esa experiencia aparece una llamada inesperada a levantar la cabeza y reconocer que la liberación no está lejos. La invitación esencial es a no quedar atrapados en el pánico y a mirar más allá de la oscuridad inmediata.
Ante las perplejidades que enfrentamos, necesitamos de la esperanza que nos acompañe en el camino. Una esperanza que apunta a la libertad y una esperanza que nos defienda de la ansiedad y de la angustia. Feliz jueves.
