Bienaventurados los ojos que ven.

2 de diciembre, martes I de Adviento

En estos días en que las noticias se llenan de incertidumbres y tensiones, necesitamos aprender a mirar más allá de los titulares. Cada jornada parece traer nuevas sombras que desafían nuestra esperanza. Sin embargo, incluso en medio de la oscuridad, hay destellos que invitan a otra forma de ver.

El Evangelio recuerda que lo esencial se revela a quienes mantienen un corazón sencillo y abierto. Jesús celebra la alegría de descubrir lo que muchos anhelaron sin llegar a contemplar. Ser bienaventurados es reconocer, aun entre sombras, la luz que se nos ofrece desde la experiencia del Reino de Dios.

Hoy se nos invita a ejercitar una mirada capaz de encontrar claridad en mitad del desconcierto. Que seamos capaces de estar atentos a los signos de vida que brotan en lo cotidiano y tengamos una visión que nos impulse a cuidar lo que importa. Feliz miércoles.

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