7 de mayo. Martes VI de Pascua
Hace unos años (ya bastantes) hubo una canción que se puso de moda titulada «Let her go» (Déjala marchar). Se trata algo propio de toda convivencia en la que decimos hola, pero también decimos adiós.
Jesús habla sobre su partida inminente, lo cual inevitablemente hace surgir la tristeza a sus amigos. Sin embargo, este momento de despedida es crucial no solo por lo que implica la separación física, sino por lo que anuncia para después: la llegada del Paráclito, o Espíritu Santo.
En la vida nos solemos aferrar a fotos de relaciones, es decir a momentos concretos de la relación. La vida cambia y las relaciones también y con el duelo que supone toda separación también es ocasión de agradecer a todas las personas que han sido parte de nosotros y les hemos tenido que decir adiós. Feliz martes.