21 de abril, Viernes II de Pascua
Vivimos en tiempos insaciables. Quien tiene cada vez tiene más y el que no tiene cada vez tiene menos. Entre tanto estamos en una dinámica económica de rendimientos infinitamente crecientes que no se sacia ni se detiene por nada ni nadie.
El milagro de los panes y de los peces nos habla de cómo el signo de Jesús deja a todos saciados. Aquellos que buscaban, encontraron más allá de lo esperado. Vivir al estilo de Jesús nos hace jugar en una liga distinta a la de los insaciables.
Hay quien dice que el problema está en nuestro insaciable deseo de todo. Igual podríamos hoy jugar a vivir satisfechos por cómo vivimos y en todo caso empezar a quitar algo de todo lo que nos sobra. Nuestra ansia igual la tenemos que poner a régimen para que se convierta en ansia por el Reino. Feliz viernes.