21 de abril. Domingo IV de Pascua.
Hay una canción que se titula «hacer por hacer», que nos ayuda a pensar sobre cómo estamos en la vida. En el evangelio se habal del el asalariado que se sitúa de manera limitada, frente a quien lo da todo, se moviliza toda la capacidad.
Jesús contrapone el asalariado al Buen Pastor. Se trata de cambiar a la lógica del amor donde las relaciones no se miden ni en horas ni salarios, sino que se habla de totalidad. Se vive en clave de misión, en clave de vocación donde la el compromiso nace del amor.
Hay veces en la vida que estamos como asalariados, nos toca hacer y punto. El reto consiste en alinear nuestras distitnas dimensiones de la vida en el horizonte de vocación, en aquello que nuestra vida vibre como la del buen pastor. Feliz domingo.