28 de agosto. Miércoles de la XX semana del tiempo ordinario San Agustín
Nietzsche describe los templos y las iglesias como mausoleos de un Dios muerto, lugares que antes albergaban lo divino pero que, tras la «muerte de Dios», solo contienen la memoria de lo que una vez fue.
Jesús, de manera similar, denuncia a los fariseos por cuidar las apariencias externas mientras el interior está lleno de muerte y podredumbre. Los sepulcros blanqueados de Jesús y los mausoleos de Nietzsche son metáforas poderosas de la pérdida de autenticidad y de la verdad.
Hoy podemos pensar en cómo renovar nuestra fe, conectada con la vida real y con el corazón de quienes la practican. Solo así evitaremos caer en la trampa de honrar lo muerto, y en su lugar, podremos vivir una vida auténtica y más plena. feliz miércoles.