15 de enero, Miércoles de la I semana del tiempo ordinario
Vivimos tiempos donde las noticias, los conflictos y las incertidumbres parecen alimentar la desesperanza. Muchas personas lo pasan mal y ven que las dificultades pesan más que las fuerzas para afrontarlas. Sin embargo, justo en medio de este panorama, se revela la necesidad de algo más profundo: la esperanza.
Jesús, incluso en los momentos de mayor presión, encuentra tiempo para orar y para seguir adelante, llevando vida y sanación. Su ejemplo nos recuerda que la esperanza no es una emoción pasajera, sino una decisión de confiar en que lo bueno puede surgir incluso en lo más oscuro.
Este mundo necesita de apóstoles de la esperanza. El mismo jubileo nos invita a convertirnos en peregrinos de la esperanza para este mundo. Se trata de ver la ralidad desde esos otros ojos que no sólo ven lo negro, sino que son capaces de ver toda la realidad simbolizada en el arco iris. Feliz miércoles.