El demonio se marchó hasta otra ocasión.

9 de marzo, Domingo después de Ceniza

Parece que hay batallas que nunca se libran de una vez por todas. En nuestras sociedades parecía que habíamos vencido ciertas sombras, pero vuelven con otro rostro y en otro momento. La tentación de la mentira, del poder sin límites, la exclusión o del populismo sigue rondando nuestra sociedad, disfrazada de promesas tentadoras.

Jesús, lleno del Espíritu, nos muestra que la tentación no se vence con concesiones, sino con fidelidad a la verdad. No estamos solos en la lucha, porque Dios sostiene nuestra fragilidad. Su palabra es escudo, su amor nos sostiene, su Espíritu nos guía. La victoria no está en evitar la prueba, sino en aprender a resistir con la confianza puesta en el Padre.

Hoy se nos invita a estar atentos, porque las tentaciones no desaparecen, solo cambian de forma. Nos sabemos frágiles, pero también acompañados con muchos otros con quienes compartimos la causa de la verdad, de la justicia y de la compasión. Es tiempo de profundizar en las causas para que estos demonios se vayan otra vez. Feliz domingo.

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