Lecturas 27 de marzo de 2022. Domingo IV semana de Cuaresma
Algunos solemos ser un poco muermo. Nos cuesta mostrar alegría y nuestros sentimientos de cercanía con los que nos rodean, y en definitiva nos cuesta celebrar la vida. A veces las celebraciones son como muy estándar, y tal vez nos falte una dimensión más carismática de celebrar Toda la vida, incluidas los fracasos.
El Evangelio del Hijo pródigo tiene un personaje que oscurece todo y es el hermano mayor. Es el que parece que hace lo que debe, pero en su oscuridad no reconoce ni al padre ni al hermano como tales. El centro es él.
La vida compartida es la vida celebrada. La memoria hecha palabra, la conversación, el estar juntos y significarlo con algo (comida, bebida, ropa,…) son cosas que nos ayudan a vivir mejor con los demás. Ojalá que hoy también sea un día de celebración. Feliz domingo.