17 de junio, Sábado de la X semana del tiempo ordinario. Inmaculado Corazón de la bienaventurada Virgen María
Dicen que vivimos tiempos en los que se nos olvida todo demasiado pronto. A pesar de ello, hay cosas que se nos quedan amrcadas en el corazón y son partes de nuestra memoria afectiva y por tanto de nuestra vida.
María guardaba toda la vida de Jesús en su corazón. Ella le acompañó desde su nacimiento hasta el momento de la cruz y en su gran corazón pudo acoger y ser parte de la vida de Jesús. En ese corazón de María se guardan los auténticos rasgos de Jesús y por tanto de Dios.
En esta cultura a veces superficial nos resistimos a mirar en el corazón. En esa mirada encontramos el tesoro que somos y en los lazos de amor que se han ido conformando vemos la gran riqueza que es la vida. Aprovechemos ese día para agradecrlo a quien podamos. Feliz sábado.