Lecturas 26 de mayo, Martes VII semana de Pascua
En esta cultura de influencers, coach, entrenadores personales, prescriptores y demás consejeros de la transformación personal, frecuentemente empiezan con una frase parecida a ha llegado la hora. Es tiempo de cambiar, es un cambio de fase, es un cambio de mentalidad. El asunto es a qué queremos o necesitamos cambiar.
Cuando Jesús en el Evangelio ora por los suyos, está orando, no por Él sino por los otros, por la comunidad. La gran diferencia entre muchas propuestas y las del Evangelio es el horizonte del cambio. El horizonte es lo mejor para la humanidad, es el horizonte del amor que nos saca de nuestro propio querer e interés.
Esta pandemia en algún modo nos está diciendo que ha llegado la hora. Es la gran invitación a cambiar, a transformarnos, a convertirnos en un modo nuevo de vida más sostenible, más saludable, más enfocado al cuidado mutuo. Es el tiempo de cambiar hacia el prójimo y no hacia uno mismo.