14 de enero, Martes de la I semana del tiempo ordinario
Vivimos en un mundo confuso y saturado de mensajes y opiniones, donde la autoridad parece diluirse entre las voces que compiten por ser escuchadas. Sin embargo, en medio del ruido, seguimos anhelando palabras auténticas, que no solo informen, sino que transformen para bien nuestras vidas.
El Evangelio de hoy nos presenta a Jesús enseñando con una autoridad que asombra y libera. No es una autoridad impositiva, sino una que surge de su conexión con el Padre y su amor por cada persona. Frente al mal, su palabra tiene el poder de sanar y transformar.
Hoy se nos invita a preguntarnos: ¿Qué voces seguimos en nuestra vida diaria? ¿Permitimos que la palabra de Jesús entre en los espacios más íntimos de nuestra existencia? Se trata de caer en la cuenta de las voces que nos influyen en el cada día. Feliz martes.