22 de abril, Sábado II de Pascua
En la vida nos toca navegar en situaciones encrespedas. A veces somos un factor de encrespamiento, pero la mayoría de las veces los líos vienen solos y la vida se nos convierte en mayor dificultad.
La barca, que muchos la han representado como la Iglesia, navega en dificultad. No ven a Jesús, pero luego lo ven y es cuando dice: no tengáis miedo. Muchas apariciones de Jesús son aquellas que nos quitan el miedo para la vida.
En México le dicen echenle ganas. A la vida hay que enfrentarla sin miedo pero con deseos. El miedo nos oscurece, nos apoca y es en cambio la presencia de JEsús la que nos llena de esperanza y nos da valor. Feliz sábado.