2 de septiembre. Viernes de la XXII semana del tiempo ordinario
Comenzamos septiembre lleno de vaticinios funestos, que si la guerra, que si el gas, que si la inflacción, la crísis,… No nos faltan profetas de la catástrofe, pero tal vez nos faltan profetas de la esparanza.
En el Evangelio de jhoy se nos invita a fijarnos en la presencia del novio, en el ahora que tre lo nuevo. El Evangelio es la invitación a estar atentos a la fiesta, a la fiesta que cada día el Padre nos organiza para que disfrutemos de estar con el novio.
Hoy podríamos utilizar el principio ignaciano de «agere contra» (llevar la contrariia). Frente a los profetas agoreros podemos convertirnos en profetas de la esperanza. En decir que hay ámbitos de la vida que nos producen esperanza y son signos del Reino. Feliz viernes.