21 de junio, Miércoles XI del tiempo ordinario. San Luis Gonzaga
Vivimos en una sociedad de la superficialidad donde lo interior queda subsumido a las exigencias de la vida exterior. Solemos estar tan volcados en lo de fuera que olvidamos nuestra dimensión interior que a modo de volcán explota desde dentro para lo bueno y para lo malo.
En el Evangelio de hoy se propone que fijemos la atención y el cuidado a la vida interior frente a la vida ritualista exterior. Se nos invita a que hagamos las cosas desde el corazón y no tanto porque y para que nos vean. El corazón, lo interior es la cocina del Reino de Dios.
Nuestra vida está siempre en tensión entre lo exterior y lo interior, alma y cuerpo,… Cada vez que nos acercamos más a una patinamos y por ello la persona sabia sabe jugar y gestionar esa tensión. Se trata de una tensión creativa que puede ser fuente de buena vida. Feliz miércoles.