Lecturas 11 de septiembre. Sábado XXIII semana tiempo ordinario
En cuestiones del corazón, a veces, solemos ir con el freno echado. Nuestras enormes capacidades de amar las solemos limitar normalmente por miedos que nos paralizan y bloquean. El resultado es que estas máquinas de amar no funcionan a pleno rendimiento.
Jesús nos hace mirar a lo que rebosa en nuestro corazón, y con ello a que seamos conscientes de los frutos que surgen de ahí. Aquel que le dice Señor y que sus frutos no tienen que ver con el Evangelio, es probable que se confunda en el algo.
Hoy puede ser un día para darle un poco más a la caldera del corazón. Activar con un poco más de fuerza nuestras capacidades de amar y mostrarlo en frutos. Es un día para re-cordar (pasar por el corazón) a aquellos que amamos y aquellos que deberíamos amar más. Feliz sábado.