26 de junio. Miércoles de la XII semana del tiempo ordinario
En el gran bosque de la vida nos encontramos de todo, por un lado árboles que nos dan muy buenos frutos, árboles no tan buenos; pero sobre todo una especie peligrosa de lobos uqe acechan a sis víctimas. De hecho hay que recordar ese «homo homini lupus» que nos hace sospechar de los humanos.
Este pasaje nos habla sobre la discernimiento y la autenticidad. Jesús nos advierte sobre los profetas falsos que se presentan como ovejas, pero en realidad son lobos rapaces. La metáfora del árbol y sus frutos nos recuerda que nuestras acciones y palabras revelan nuestra verdadera naturaleza.
¿Cómo podemos discernir entre lo auténtico y lo falso? Necesitamos seguir profundizando en nuestra capacidad de discernir. Se trata de fijarnos en los frutos que producimos: nuestras acciones, nuestras palabras y nuestras intenciones. Con ellas se nos conocerá. Feliz miércoles.