1 de abril, Martes de la IV semana de Cuaresma
En una sociedad donde muchas personas se sienten paralizadas por el ritmo de vida, por la soledad o por la falta de oportunidades. familiar. Hay quienes llevan años esperando una mano tendida, un gesto de humanidad, una oportunidad para ponerse en pie. La indiferencia, como entonces, sigue dejando a muchos fuera del agua que sana.
Jesús no se detiene en normas o excusas: mira, pregunta, actúa. Frente al abandono, Él ofrece cercanía; frente al inmovilismo, una palabra que libera: “Levántate, toma tu camilla y echa a andar”. El Evangelio nos recuerda que siempre hay posibilidad de comenzar de nuevo, incluso cuando parece demasiado tarde.
Como comunidad humana necesitamos sentirnos interpelados por las situaciones de desesperanza. No permanezcamos al margen del dolor ajeno, sino que seamos constructores de una esperanza que no deja a nadie atrás. Feliz martes.
