6 de octubre, lunes de la XXVII semana del tiempo ordinario. Témporas de acción de gracias y de petición
Vivimos tiempos en los que pedir parece signo de debilidad. Todo se mide por la autosuficiencia, la productividad y el mérito, como si depender de alguien fuera un fallo. Sin embargo, pedir es un gesto profundamente humano; reconocer que necesitamos y que no todo se controla.
El Evangelio nos recuerda la fuerza sencilla de la súplica: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá». Jesús muestra que el corazón del Padre no responde con piedras, sino con bienes que alimentan y sostienen. Pedir es abrirse, no exigir.
Aprendamos también nosotros a pedir con humildad y gratitud. Demos gracias por tanto bien recibido, para volvernos atentos y compasivos. Crezcamos en la confianza compartida donde descubriremos que todo don verdadero nace del encuentro. Feliz lunes.
