11 de agosto, Viernes XVIII semana tiempo ordinario. Santa Clara
Hay momentos en los que podemos sentir que la vida se hace cuesta arriba y perdemos esa fuerza para vivir. En el origen de la palabra alma está animus, que habla de ese aliento y esa fuerza necesaria para toda vida.
Perder el alma en el Evangelio es el modo en el que se indica vivir alejados del Reino. Es vivir la derrota de la cruz y de la muerte. Frente a eso está el seguimiento de Jesús que es quien afronta la vida desde la mismísima cruz.
Hay mucha gente que está sin alma, sin fuerza suficiente para afrontar la propia vida. Necesitamos de personas que sean capaces de animar (de dar alma) a quien vive en más oscuridad y tristeza. Feliz viernes.
Danos, Aita, de esa gente que anima. Y haxnos tb a nosotros animadires para la gente sin animo/alma.