27 de septiembre, sábado de la XXV semana del tiempo ordinario.
Vivimos rodeados de noticias que mezclan esperanza y desconcierto. A menudo nos sorprenden logros humanos y avances que admiramos, pero también aparecen sombras que no sabemos cómo interpretar. En medio de esa mezcla, es fácil sentir que algo se nos escapa y que no comprendemos del todo lo que sucede.
El relato nos muestra a unos discípulos que contemplan lo extraordinario y, sin embargo, no entienden lo que escuchan. La admiración convive con la incomprensión y el miedo a preguntar. Se nos recuerda que la vida incluye momentos en los que lo esencial no se capta a la primera.
Necesitamos escuchar con más hondura aquello que nos cuesta comprender. Intentemos no quedarnos en la superficie de lo evidente y cultivar una atención más abierta. Es un camino que requiere paciencia y confianza. Feliz sábado.
