28 de noviembre, Lunes XXXIV tiempo ordinario
Estamos en tiempos en los que eso de la posverdad se ha convertido en el eufemismo del engaño. Como sociedad y personas tenemos que afrontar el reto de la verdad, como criterio revolucionario del engaño en el que muchos quieren que vivamos.
El autor del Evangelio utiliza un tono apocalíptico para expresar la necesidad de discernir verdad de mentira en tiempos muy confusos y frágiles. Las primeras comunidades necesitaban referentes que les ayudarán a seguir en el camino de Jesús en medio un entorno hostil.
A veces vamos de listos y creemos que no nos engañan. Ese suele ser el primer engaño que antecede a muchos otros. Necesitamos tener la humildad necesaria para reconocer la verdad que hay en nuestra vida como suelo de discernimiento para conducirnos por la misma. Feliz martes.