Que nadie os engañe.

25 de noviembre, martes de la XXXIV semana del tiempo ordinario

En una época marcada por la posverdad, el populismo y la polarización, abundan relatos que simplifican la realidad y buscan dividir. Se multiplican mensajes que apelan más a la emoción que a los hechos, con propósitos no siempre honestos. Necesitamos plantarnos ante los grandes maniopuladores.

El Evangelio recuerda que no todo lo que impresiona es fiable y que pueden surgir voces que manipulan el miedo. La llamada a que nadie nos engañe invita a desconfiar de discursos alarmistas y a no permitir que el pánico o la confusión dirijan nuestras decisiones. Discernir se vuelve esencial.

Necesitamos tener la lucidez necesaria para que no nos engañen. Ante las estrategias de manipulación, necesitamos reivindicar la verdad como lugar común en el que puedan construirse la justicia y la convivencia. Feliz martes.

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