19 de noviembre, Domingo XXXII, tiempo ordinario
Hay mucha gente que no es capaz de reconocer y poner en acción los talentos que tiene. Hay cierta presión a hacer lo que otros piden y al final es alguien más flojo haciendo algo que no es lo suyo. Es una pena ver tanto talento malgastado en ámbitos que no tocan.
EL talento es la vocación y es el gran regalo que DIos nos hace a cada uno. Acoger y aprovechar el talento significa poner lo mejor que tenemos a producir, a servir a los demás, y es como la gran magia de la vida que podemos hacer cada uno.
Tenemos que aprender a descubrir el talento de los que nos rodean, descubrir su diversidad y riqueza que de algún modo se ahoga en el sistema. El talento es eso tan grande que nos ayuda a ver la vida de otros colores y de una realidad nueva al «es lo que hay». Feliz domingo.