23 de junio, Viernes XI del tiempo ordinario
En el Señor de los Anillos hay un personaje muy interesante cuyo nomre es Gollum. Se trata de alguien que vuelca toda su vida en la búsqueda y conservación de su tesoro que a la par que lo acaricia va desgastando y escondiendo su vida en el inframundo.
En el Evangelio nos hacen mirar a nuestro corazón. Es el lugar de nuestros tesoros que no se guardan en una caja fuerte, sino que son cudiados en un frágil músculo regido por nuestros afectos y nuestra sabiduría. Es decir todo lo contrario a lo seguro.
Nuestor mundo nos ofrece en un sitio y en otro oportunidades de encontrar tesoros que nos hacen piratas de la vida. Pero la realidad es que muchas veces se nos olvida mirar nuestro propio corazón para agradecer y acoger los tesoros que nos da la vida por medio de los demás.