Lecturas 5 de diciembre . Domingo. Semana II tiempo adviento
Si nos fijamos un poco podemos darnos cuenta que hay voces que no nos llegan. Son voces que se quedan en sus desiertos y que los medios de comunicación no nos las acercan. Son las voces de aquellas personas que están excluidas de la conversación pública por el motivo de la desigualdad.
El silencio de Dios se hace grito en el desierto. Es el tiempo de Dios para el que hay que prepararse. Va a pasar algo grande y el evangelista nos invita citando a Isaías a que se allanen los caminos, se eleven los valles y se abajen los montes y colinas porque todos verán la Salvación de Dios.
Hoy, y especialmente con este mal tiempo, se puede dedicar un tiempo de desierto personal. Acallar el ruido y tomar un tiempo tranquilo para ver y descubrir las voces que escucho en mi vida. Esas voces que son las que (in)forman mi pensamiento, guían mis acciones y me dicen quién soy. Y ahí tratar de descubrir cuál de esas voces, puede ser de Dios. Feliz Domingo.