21 de julio. Domingo de la XVI semana del tiempo ordinario.
Estos días nos hablan de la masificación por el turismo. Vayamos donde vayamos hay multitudes que hacen turismo, pero no sé hasta qué punto descansan. Siguen el estrés y el agobio de estar en meido del lío estival.
Jesús reconoce la necesidad propia y de sus discípulos de descansar. El ritmo frenético de la misión no debe llevarnos al agotamiento físico o espiritual. Es importante tomar tiempo de desierto para ir a lo esencial y redescubrir lo realmente importante.
El verano es una ocasión para hacer pequeños o grandes desiertos. Necesitamos ese espacio para reconectarnos con lo más profundo de nuestra vida y salir de la superficialidad multitudinaria. Feliz domingo.