8 de mayo. Miércoles VI de Pascua
A veces podemos parecer como caminantes en un desierto de verdad. Miramos al horizonte y encontramos bulos, engaños, postureo que sirven para un poco, pero no para el camino de la vida. Más bien son espejismos que nos distraen.
La verdad plena del Evangelio es aquella que viene de la vida en Dios. Este texto nos habla de la unidad que forman el Padre, el Hijo y el Espíritu; pero es una unidad en la que se vive desde la diversidad de cada uno.
Apuntar a plenitud en nuestra vida puede significar aprender a vivir lo distinto y lo diverso de otra manera. Se trata de mirar más allá de los espejismos y profundizar en una realidad habitada por el amor que da la vida. Feliz miércoles.