17 de abril . Miércoles III de Pascua.
En nuestro contexto tal vez la autonomía personal y la auto-realización pueden estar sobrevaloradas. Son espacios que se gobiernan desde la voluntad de uno y donde lo aparentemente libre puede ser que no lo sea porque a veces no sabemos ni cuál es nuestra voluntad.
En este texto la “voluntad” no solo implica obediencia, sino también un profundo compromiso con el Reino. Se nos presenta a Jesús, como «pan de vida», como el resultado de una misión que recibe del Padre. No hace lo que le da la gana, sino que se alinea con el deseo de Dios de que el ser humano viva.
¿Qué es lo que realmente quiero para hoy? ¿Qué pase el día cuanto antes, vacaciones, trabajar, estudiar, acercarme más a los míos, acercarme a lo de Dios? Son preguntas que igual nos pueden ir animando a desear, o al menos tener deseos de deseos. Feliz miércoles.