17 de noviembre, Viernes XXXII, tiempo ordinario
El apocalipsis noticiero que vivimos hace que tengamos sensaciones de desastre y que puede ser el anticipo del gran apocalipsis. El asunto es que por primera vez en la historia, nuestras generaciones tenemos la capacidad de acabar con el mundo sin necesidad divina, nosotros solitos.
Este pasaje del Evangelio empieza tomar el género literario del apocalipsis y que nos anuncia ya la proximidad del adviento. Es una ocasión para caer en la cuenta de lo que podemos cambiar en lugar del fatalismo ciego.
El pasaje, denuncia un presente que puede tener mal futuro. Es un recordatorio que nosotros edde hoy podemos ir preparando un futuro mejor para nosotros y las próximas generaciones con quienes tenemos una responsabilidad. Feliz viernes.