Sacar buenas notas NO lo es todo
Por Raquel Peña y Milena Montesinos, iNNoVaNDeRs 4G
Reflexiones a partir de su experiencia en diferentes industrias y mercados: Qué le aconsejaríamos a nuestro “yo” más joven, para tener éxito personal y profesional.
La vida en la universidad, ese “trampolín” hacia nuestra carrera profesional, está marcada por las famosas “notas”, que de una manera más o menos acertada, intentan representar el grado de conocimiento que tenemos sobre una determinada materia. En resumen, si quieres ser un estudiante exitoso, esfuérzate por sacar las mejores notas. Sin embargo, una vez acaba la universidad y arranca tu carrera profesional, las cosas no son tan sencillas.
¿Qué debes hacer para ser un profesional exitoso?
Gran parte del conocimiento, aquel que demostrabas en un examen, es relativamente sencillo de conseguir, y las empresas esperan mucho más. Saber ya no es suficiente y una serie de habilidades y actitudes complementarias se tornan críticas para distinguir a los mejores profesionales.
La mayoría de los modelos educativos actuales se estructuran de acuerdo a áreas de conocimiento y el desarrollo de estas otras habilidades complementarias muchas veces
queda relegado a un segundo plano a actividades extra curriculares, cuya contribución para nuestra vida profesional a menudo no es evidente. Cuanto más (y antes) desarrollemos estas habilidades, antes y mejor preparados estaremos para destacarnos como profesionales.
A continuación, citamos las cinco que, basándonos en nuestra experiencia, consideramos más críticas para ser un profesional exitoso.
1. Habilidades interpersonales y de comunicación
Sin duda, la más importante para la gran mayoría de las carreras profesionales, es la capacidad de trabajar bien con otros. Incluimos en este capítulo habilidades como la comunicación, la persuasión, la negociación, la empatía y, en general, todas aquellas que te ayuden a relacionarte mejor con otros.
Toda empresa o proyecto está compuesto por personas (compañeros, jefes, clientes, proveedores, asesores externos, etc.). Personas con las que has de trabajar, a las que has de entender o a las que has de desarrollar o convencer de algo, y cuyo comportamiento no sigue un patrón “científico”. Quienes no dominen las relaciones interpersonales podrán tener momentos de éxito, pero difícilmente alcanzarán una carrera exitosa a largo plazo.
Por ello creemos que es importante exponerse cuanto antes a la mayor variedad posible de interacciones con todo tipo de personas y contextos tanto en un entorno profesional como personal.
Para desarrollar esta habilidad te motivamos a:
- Viajar y tener experiencias en grupos grandes y pequeños, idealmente desde muy jóvenes (por ejemplo, campamentos)
- Participar en conferencias, workshops, hackathones, concursos…
- Ser parte de comunidades con las que compartes aficiones…
- Aprovechar cada oportunidad de trabajar en equipo (en la universidad, en deportes, etc.)…
2. Capacidad analítica
Los problemas a los que nos enfrentamos al salir de la universidad y durante nuestra vida laboral, rara vez serán sencillos. Las máquinas se ocuparán de automatizar tareas simples, y los humanos tendremos que estrujarnos el cerebro para dar respuesta a problemas de mayor complejidad.
Por ello, es importante desarrollar una fuerte capacidad de análisis. Un procedimiento que, una y otra vez, nos permita coger un reto de gran complejidad, descomponerlo en partes de menor complejidad, e ir resolviendo cada una de las partes hasta dar con una o varias soluciones óptimas (si las hay).
Para desarrollar esta habilidad es necesario que dediques tiempo a actividades como:
- Solucionar problemas matemáticos o científicos complejos
- Programar en distintos lenguajes o aprender idiomas
- Entender operaciones o procesos complejos
- Jugar con pequeños juegos de lógica o ingeniería
3. Capacidad crítica
Gran parte de nuestros resultados dependen de nuestra capacidad de interpretación y argumentación. El trabajo en equipo produce un resultado mayor que la suma de las partes porque nos retamos los unos a los otros; somos capaces de escuchar un argumento y presentar ideas a favor y en contra, analizarlas con rapidez y convicción y generar impacto.
Las empresas buscan hoy profesionales inquietos que no den las cosas por hecho, y cuestionen modelos actuales, desafíen hipótesis y puntos de vista y generen, como resultado, mejoras (disruptivas o no) que ayuden a crear el modelo del futuro.
Para desarrollar esta habilidad te recomendamos que uses:
- Artículos o programas de prensa (ej. política, economía, actualidad…)
- Negociaciones o debates
- Materias como ética o derecho
Por supuesto, no será suficiente con que leas o escuches, sino que deberás tener un espíritu crítico, intentar pensar en otros puntos de vista, en otros puntos que no se están llevando en cuenta, en posibles impactos no explícitos, y, si es posible, que los compartas o discutas con alguien.
4. Capacidad de generación de ideas
En múltiples ocasiones, simplemente no tenemos la solución y hemos de generarla. Y muchas veces, no es tan sencillo como copiar algo existente, sino que tienes que crear algo nuevo.
Para ello, es necesario que pienses ‘outside the box’. Que te relajes, te inspires y te dejes crear. Y en esto, parece poco probable que ninguna máquina pueda vencer el ser humano. Algunas actividades pueden ayudarte a ejercitar el músculo creativo son las artes; música, danza, pintura, escultura, literatura, cocina…
Una vez se ha desarrollado el músculo, hay que preparar el terreno, dando espacio para que surjan las ideas. A esto podrán ayudarte algunas actividades como:
- Paseos en la naturaleza
- Ejercicio
- Meditación
5. Gestión de emociones
Durante el transcurso de la vida experimentamos todo tipo de emociones, positivas, negativas, más fuertes o más débiles. Aprender a gestionar y suavizar esta “montaña rusa” emocional es clave para disfrutar de la vida.
Ser productivo y dar lo mejor de ti mismo cuando el viento sopla a favor, es fácil. Lo que te destacará de los demás será hacerlo cuando el viento sopla en contra y el resto ya ha decidido saltar del barco.
Para poder aprender a gestionar bien tus emociones, primero has de entenderlas, sentirlas y después gestionarlas:
- La psicología te ayuda a entender y gestionar emociones
- La meditación y la reflexión te ayudan a entenderlas de primera mano
- La práctica de deportes individuales y en equipo y de actividades, sobre todo de aquellas en las que no eres bueno, te ayudarán a gestionar emociones fuertes
Con ello podrás gestionar mejor el “rollercoaster emocional” al que te expone la vida misma, disfrutar (sin empachos), los buenos momentos y gestionar (sin depresiones), los malos.
Si realmente quieres salir preparado de la universidad, no esperes a acabarla para analizar tu desempeño en estas habilidades y desarrollarlas. Cada puesto de trabajo está compuesto de una distinta proporción de estas habilidades, reflexiona y evalúa hoy mismo cuáles son las más importantes para ti y cómo de fuerte eres en cada una de ellas y traza un plan para reforzarlas cuando sea necesario.
Recuerda, cuando acabes la universidad nadie te preguntará por tus notas, sino por lo que conseguiste resolver, mejorar, crear, gestionar y, en definitiva, por tu habilidad para dar respuesta a los desafíos profesionales a los que te enfrentaste.
Con cariño, Raquel & Milena, iNNoVaNDeRS 4G
Comentarios recientes