28 de mayo. Martes de la VIII semana del tiempo ordinario
En el mundo en lo que todo se compra y se vende pocos negocios llegan a la rentabilidad del 100%. Pero las cosas importantes de la vida, tales como el amor, nos dan estos retornos que no sólo nos mejoran, sino que nos transforman.
La recompensa que Jesús promete no se mide en términos materiales pero es de enorme rentabilidad. Lo que recibimos al seguirlo es una vida nueva, llena de amor, paz y alegría. Experimentamos una profunda conexión con Dios y con los demás, y encontramos un sentido y un propósito para nuestra vida.
En la vida solemos tener momentos en los que se nos desborda para bien. Hoy podríamos reconocer esos momentos en los que otros nos han dado 100 veces más, esos momentos en los que sólo podemos agradecer tanto bien recibido. Feliz martess.