29 de marzo, Sábado de la III semana de Cuaresma
En tiempos de redes sociales, donde se premian la imagen, el logro y la apariencia, es fácil caer en la trampa de creernos mejores que otros. Los discursos llenos de autosuficiencia y juicio hacia quien piensa distinto se han vuelto moneda corriente. La comparación ha sustituido a la compasión.
Jesús nos recuerda que lo importante no es aparentar perfección, sino presentarse ante Dios con verdad y humildad. No se trata de exhibir méritos, sino de poner ante Dios nuestras heridas y limitaciones.
Estamos llamados a vivir con sencillez, sin máscaras, sabiendo que todo nos es dado. Se trata de vivirnos graciosamente, como gracia pero también con humor. La vida es mucho mejor desde la sencillez de la verdad que el artificio de lo aparente- Feliz sábado.
