24 de agosto, domingo de la XXI semana del tiempo ordinario
Vivimos en un mundo lleno de posibilidades en el que la inmediatez y la apariencia parecen abrir todas las puertas; a menudo confiamos en que las oportunidades estarán siempre disponibles. Vivimos rodeados de accesos fáciles y de caminos amplios, pero no todo lo que brilla asegura un futuro cierto. La prisa puede hacernos olvidar lo esencial.
El texto nos recuerda que no basta con estar cerca de lo valioso o aparentar compromiso, sino que lo importante es el esfuerzo personal y la autenticidad. La “puerta estrecha” no es un obstáculo, sino un símbolo de lo que requiere libertad, dedicación, coherencia y verdad.
Hoy podríamos dar una vuelta a nuestras prioridades y a caminar con firmeza en lo que realmente importa. Que no nos conformemos con ser espectadores, sino protagonistas de una vida más plena para dar lo mejor de nosotros mismos. Feliz domingo.
