Lecturas: viernes 3 de abril (5ª semana de Cuaresma)
El cuchicheo, el cotilleo de la gente parece que es un mal tan pandémico como el del coronavirus. Hoy ha llegado a un nivel social tal que se trata de una industria que se muestra en la televisión, con el famoso Sálvame a la cabeza, los millones de mensajes de este estilo que alimentan twitter, o la industria más o menos interesada de lo que ya conocemos como fake news.
La lógica del cuchicheo la describe muy bien Jeremías en la primera lectura y funcionará después con Jesús al igual que con millones de víctimas de este mundo. En esa lógica, se selecciona la víctima, se la desacredita y se le reprocha socialmente, reproche que puede tener consecuencias tan graves como la exclusión y la ejecución. Y todo ello tiene un halo de espectáculo, de representación social que sirve de entretenimiento, que sirve de control social y que sirve a otros intereses distintos a los propios de cada proceso.
Tenemos el caso de Jesús, donde su crucifixión supone un espectáculo para la gente, según nos dice Lucas. El proceso de Jesús, como el de muchos otros comenzó en el cuhicheo de la gente, continuó con fake news, y terminó colgado en la cruz. En tiempos de tantos cuchiheos, nos toca a nosotros tomar partido por la verdad y tomar partido por las víctimas de estos procesos de descarte social, al modo que lo hizo Jesús.