Lecturas 28 de junio, Domingo XIII semana del tiempo ordinario
Muchos de los esfuerzos de nuestra vida se encaminan a encontrar, a asegurar la vida. Solemos labrarnos el futuro como un proceso de construcción personal y colectivo, donde queremos asegurarnos una razonable estabilidad exitosa. Y en ello invertimos muchísimas de nuestras energías.
Jesús nos pone patas arriba. En el lenguaje paradójico, nos invita a perder para ganar, nos invita a dar para recibir. El Evangelio es una invitación a salir de nuestra tierra segura, desde nuestros esquemas a los esquemas del amor, donde las relaciones se basan en el otro y no en el yo.
Vivir en libertad significa aprender a vivirnos más allá de nuestros miedos y de nuestras seguridades. Significa empezar a bailar con otra música, significa cantar la vida, significa soñar lo imposible que es posible. ¿Dispuestos?