8 de septiembre, Sábado XXII, tiempo ordinario
La historia nos enseña que el ser humano tiende a definir (poner fronteras, bordes) la realidad. Para ello necesita separar y segregar con sus consiguientes efectos positivos y negativos. Entre los negativos está lo relacionado con hacer la realidad más pequeña de lo que es, incluyendo la realidad de Dios.
Hoy, tres compañeros hacen sus primeros votos en Loiola. A los ojos del mundo se empequeñecen y siguen un camino que no es fácil en nuestra cultura. En realidad, lo que hacen es aprender a vivir en el mundo como en la casa de Dios, con el lema en todo amar y servir.
Todos estamos ivitados a la casa de Dios que es el mundo. En esa casa nuestros límites se ven desbordados por la generosidad de Dios, nuestras diferencais se achican y nos acercamos más los unos a los otros para vivirnos en una gran familia. ¿Podríamos intentarlo? Feliz sábado.