14 de noviembre, Martes XXXII, tiempo ordinario
En nuestra historia hay momentos en los que no hemos hecho lo que teníamos que hacer y especialmente cuando teníamos que hacer algo por defender a las víctimas del mundo. Cuando el poder y la violencia entrar en juego las víctimas quedan a su suerte con el gran silencio de muchos.
En el Evangelio se marca una enorme exigencia para el cristiano. Cuando parece que ya cumple con todo, resulta que aún entonces todavía somos siervos inútiles. Es un modo de descubrir que la cosa no depende tanto de nosotros como de Dios.
Sule ser interesante caer en la cuenta para quiénes somos útiles y desde donde decimos que hemos hecho lo que teníamos que hacer. Es interesante descubrir, agradecr y querer repetir esos momentos cuando hemos sido útiles para las personas más vulnerables que más lo necesitan. Feliz martes.