23 de agosto. Viernes de la XX semana del tiempo ordinario
En nuestra sociedad hay que la experiencia religiosa es una experiencia privada y que ha de apartarse del ámbito público. El asunto es que todo lo que hagamos en pricado siempre tiene reflejo en lo público, porque somos seres sociales.
Ante la pregunta del doctor de la ley, que busca ponerlo a prueba, Jesús resume toda la Ley en dos mandamientos: el amor a Dios y el amor al prójimo. Este diálogo nos dice que el amor lo abarca todo en nuestras vidas.
No podemos amar a Dios sin amar al prójimo, ni incluso a nosotros mismos. La dinámica del amor nos integra en todos los ámbitos de la vida, es lo que une y no lo que separa. Una propuesta podría ser ver cómo voy integrando mis distintos amores para que sean uno. Feliz viernes.