4 de febrero. Sábado de la III semana del tiempo ordinario
El desierto ha sido una fuente de espiritualidad profunda, que ha sido explorada por las personas durante miles de años. Se cree que el aislamiento y la soledad del desierto ayudan a la persona para profundizar en distintos momentos de la vida. Entre los primeros cristianos la espiritualidad del desierto se ha manifestado en los escritos de los Padres del Desierto.
El Evangelio nos presenta el contraste entre el deseo de Jesús; descansar y desierto por un lado y la muchedumbre que está como oveja sin pastor. La opción de Jesús será abordar su misión.
Nosotros necesitamos de espacios verdes (desierto) que nos ayuden a descansar y aclararnos un poco la vida. Hoy sábado puede ser un buen día apra tomar un rato de desierto. Feliz sábado.